La energía superficial juega un rol importante en el momento de la impresión y adhesión. La radiación emitida por el  Excirad 172 es rica en energía y es capaz de romper los enlaces en los polímeros. Estos reaccionan con ozono y radicales de oxígeno que, a su vez, se generan por la misma radiación por oxígeno contenido en el aire. Este tratamiento conlleva a un aumento duradero de la energía superficial polar y resulta en una mejor humectación de la superficie, incrementándose la adhesión.

La baja profundidad de penetración de la radiación a 172 nm evita daños en capas profundas del material, mejorando así aún más la adhesión. La activación de la superficie se realiza sin la formación de fragmentos volátiles de moléculas (como las que se producen en el tratamiento corona), de ahí que el efecto se conserva durante meses. El proceso ocurre en frío, produce casi nada de calor y, por lo tanto, es apto también para materiales sensibles a temperaturas altas, por ejemplo plásticos y folios delgados.